Desde el primer momento en que una persona está infectada por el VIH, hay un proceso patológico, es decir, una infección que quiere evolucionar. El virus está activo desde el día uno, lo que significa una constante batalla entre el sistema inmunitario y el VIH.
A largo plazo, el virus pretende acabar con la capacidad defensiva del organismo, no sólo del VIH, sino de cualquier otra infección. Se denomina SIDA a la última etapa de la enfermedad, en la cual el sistema defensivo humano está tan deteriorado que aparecen las denominadas enfermedades oportunistas.
VIH: Virus de Inmunodeficiencia Humana, que debilita el sistema inmunitario del organismo.
SIDA: Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, es un estado avanzado de la infección por VIH, en la que aparecen signos y síntomas de la enfermedad cuando sucede una severa inmunodepresión.
Las infecciones oportunistas aparecen en pacientes que conocen su diagnóstico pero no realizan el tratamiento, o en pacientes con bajo tratamiento en donde este no alcanza una adecuada respuesta viral e inmune.
Las enfermedades oportunistas pueden presentarse en muchos órganos y en varios a la vez. Algunas de las enfermedades oportunistas son las siguientes:
Toxoplasmosis: Se genera de la infección por el parásito Toxoplasma gondii, por lo general, se infecta al comer carne contaminada, al entrar en contacto con heces de gato infectadas o también llega a transmitirse de madre a hijo durante el embarazo.
Criptococosis: Es una infección sistémica o pulmonar transmitida por inhalación de la tierra contaminada por las heces de aves.
Neumonía: Es de las enfermedades oportunistas más comunes que se encuentra mayormente en los pacientes con infección de VIH y afecta principalmente al sistema pulmonar.
Por otro lado de igual forma existen enfermedades oportunistas que pueden llegar a nivel gastrointestinal como: Salmonella, Isosporidiasis, Criptosporidiosis. En grandes rasgos, los síntomas de estás infecciones oportunistas son parecidos entre ellos.
Al momento no existe una cura para el VIH, pero existen tratamientos que pueden reducir la velocidad con que esta enfermedad ataca al cuerpo. Los tratamientos antirretrovirales reducen la carga viral y controlan los padecimientos.
Por lo anterior, incluir un tratamiento alternativo puede sumar como coadyuvante al tratamiento médico, ayudando al organismo a que la cantidad de infecciones oportunistas se reduzcan o sean menos agresivas. Consulta a tu doctor o ponte en contacto con nuestros especialistas para saber más sobre los esquemas alternativos que pueden ayudar con los síntomas de los pacientes.
